HASTA EL SIGLO XVIII

re7La historia de estas montañas se remonta al periodo neolítico. La población se reunía entonces en castros, sitios altos y de fácil defensa, que continuaron siendo lugares de habitación a través de la edad del cobre y del hierro, y aún hasta la época romana. De ordinario se escogía un sitio alto, se hacían grandes fosos alrededor y las casas se ponían de espaldas al foso para defenderse mejor de los enemigos. Las casas serían redondas, de lo que todavía quedan restos en los chozos de los pastores, aunque hoy lo más común es creer que en esta región eran cuadradas, techadas de tapín o más adelante de paja; lo más seguro sin ventanas y con una distribución similar en unas y otras. Es decir, en el centro se ponía el fuego y a los lados troncos para los asientos y algo más altos, alrededor de la habitación interiormente, los salientes en que se hacían los lechos o lugares para dormir. Al lado tenían los corrales para guardar el ganado o simples cobertizos y a la entrada una tejavana para dejar los aperos e instrumentos de trabajo.

Según diversos escritores romanos estos primeros habitantes podrían ser así; comían la mayor parte del año bellotas, con las que también hacían una especie de pan que podía guardarse durante mucho tiempo, y carne de cabrito. Beben agua aunque también una especie de cerveza llamada «zithos», y el vino puesto que escasea se reserva para los festines familiares. En lugar de aceite usan manteca.

DEL SIGLO XVIII AL XV

En el 711 comienza la ocupación árabe con la conquista del sur de España. Y así subiendo hacia el norte, y pasando por los valles del Esla, Porma y Curueño y puerto Pajares llegan a Asturias. Debio de ser esto alrededor del 718.

Tras el reparto de España los Arabes se quedan con Andalucía y Extremadura, dejando el noroeste para los beréberes. Nunca llegan a dominar por completo esta zona debido principalmente a la orografía, y a la resistencia hispana al mando de Don Pelayo, que tiene su punto álgido en el 722 con el triunfo en la batalla de Covadonga.

Con el hambre que se declaró el 739-757 los beréberes se retiran de las montañas de León, Galicia y norte de Portugal hacia el sur en busca de mejor clima y tierras mas fecundas. Así estos territorios se ofrecen al rey Alfonso I que pronto cruza las montañas y toma posesión de León, Astorga, Salamanca, Viseo y Braga.05310004

Con el reinado de Alfonso II (789-842) Hixen II se decide a acabar con el pequeño reino de Asturias y manda dos ejércitos. Uno hacia Alava y el otro hacia Asturias. Abd-el-Melik toma Oviedo lo saquea y cargado de cautivos de vuelve hacia el sur, siendo derrotado en la batalla de Lutos por el rey.

Poco a poco se va reconquistando y repoblando nuevos territorio.

García I (910-914) traslada la capital del reino de Oviedo a León. A este le siguen Ordoño II y Alfonso III. Fue en tiempos de ellos en los que se repueblan las tierras leonesas y en especial estas montañas, de mozárabes venidos del sur, que fueron los que fundaron muchos nuevos pueblos y muchos monasterios.

Les suceden varios reyes mas y se amplia la zona reconquista. También se producen diversas luchas internas. En 1126 con la coronación de Alfonso VII entra a gobernar la casa de Borgoña. En 1135 es coronado Emperador de España en León. Lleva sus conquistas hasta Almería y al morir divide el reino dando Castilla a su hijo Sancho y León a Fernando VII (1157-1188).

Viene después Alfonso IX que siguen las guerras con Castilla; a su muerte entra a gobernar Fernando III el Santo, que ya era rey de Castilla, heredado de su madre.

A partir de aquí la historia se centra en el sur de España y la montaña se va quedando vacía. Es en estas circunstancias en las que varios pueblos desaparecieron. Como Remolina, enfrente de la boca de Pardomino; Stabiello, al socaire de la peña de su nombre; Meane y Vega que debieron unirse para formar Vegamián; Namon, entre Camposolillo y Sancibrián, en la vega de su nombre, y Fuentefacasia, en los montes Cofiñal.

DEL SIGLO XV AL XIX

Y así llegamos a la Edad Moderna, en la que ya los pueblos estratificados en sus leyes y costumbres y manera de vivir, se puede decir que ya no cambian hasta la guerra de la Independencia. Los franceses entraron por aquí varias veces, quemando, destruyendo y requisando ganados y personas. En casi todos estos pueblos se vieron obligados a vender muchos terrenos.

Así se vivía en nuestra montaña en este largo periodo entre los siglos XVI-XIX:

Vida religiosa-. Era una sociedad muy cristiana. Las fiestas religiosas enmarcaban el rodar de su existencia: Navidad, Semana Santa, San Miguel, San Juan. El sacerdote o párroco era el personaje principal en cada pueblo.

Tenían el voto a Santiago; por él estaban obligados a pagar a la iglesia de Santiago Apóstol, cada labrador que cosechase mas de seis eminas de todas semillas, siete cuartillos de centeno.

Vivian casi como en familia y así se pedían prestadas muchas cosas, no sólo comida, si no también herramientas de labranza, una vaca o un mozo para segar o ayudar a recoger la cosecha.

Se prestaba especial atención a las viudas y ancianos, a los que se le ayudaba en todo lo posible.

Estado social-. Los hidalgos eran los antiguos caballeros de las guerras contra los moros. Fueron pocas familias y las más detacadas: los Castañón de Vegamián que con el tiempo se dispersaron por Reyero, Lois, Lillo, Oville,…; los Acebedos, originarios de Acebedo pero que después fundaron una casa solariega y fuerte en Lois; Los González de Reyero; los de Caso, que vinieron de Campo de Caso; Los Rodríguez que no son privativos de un pueblo determinado.

Estas familias de hidalgos no solo eran las más antiguas sino que tenían la mayor parte de las tierras y las mejores, los molinos, los pisones y casi todo lo que significaba riqueza.

El resto del pueblo eran los llamados hombres buenos, que eran los labradores, la minoría y los ganaderos, la mayoria. Los pastores de merinas, que eran muchos, eran vecinos de estos pueblos y aquí tenían a sus familias. Durante en verano estaban en los puertos y desde septiembre bajaban a Extremadura y vivían allí siete meses. Algunos después de treinta años de pastores y ya con muchas ovejas a su cuenta se retiraban a su pueblo y compraban fincas. Algunos de estos pastores se fueron quedando en las majadas y así se formaron algunos pueblos. Como Orones que en 1595 tenia ocho vecinos la mayoría pastores. O Valdehuesa, en 1745, tenia también ocho vecinos, tres Del Río que eran los hidalgos; dos Llamazares, uno Fernández, uno González y uno Velarde; de ellos cinco pastores.

Economía-. Estaba fundada principalmente en la ganadería, ya trashumante, en la que tenían no solo los intereses por ser muchos de ellos pastores, sino porque estos tenían sus ovejas en los rebaños y con ellos iban a Extremadura. Pero además eran los ganados que aqui quedaban y que de sus prados y de los pastos comunes se mantenían.

La vivienda-. El tipo antiguo era un rectángulo con muros de cal y canto, y en las puertas y ventanas piedra mas o menos labrada. Tenian ventanas muy pequeñas para evitar el frío. La cubierta era de paja. Una de esas casas podría ser así: casa cubierta de paja, de cuarto alto, cocina, bodega, establo, corral y antojanos. Al lado de la casa solía haber unas portonas, por donde entraban lo mismo las personas que los animales y los carros. La puerta solía dar al corral donde estaba la entrada del portal y de la cocina.

Más tarde cuando a las casas se les añadió el segundo piso y además el corredor, debajo de este solían tener lo que llamaban la portalina. El portal solía tener salida al corral, si es que no estaba en él, en el que haciendo un cuadrado están las cuadras, la corte de las ovejas, el sitio para la hoja y los carros y encima de las cuadras estaba la tenada o pajar.

La cocina se trasformo en mesa de trébede, debajo de la cual se hacia la lumbre, por detrás subía la chimenea, que tenia su chapa para cerrarse y abrirse, y la mesa se convertía en la gloria.