GASTRONOMÍA – RECETAS
Receta casera y tradicional de leche frita…
Hoy os traemos la receta de uno de esos dulces tradicionales de la Montaña y en muchas otras partes de León y de todo el país, la Leche Frita.
Un sabor artesano que se realiza desde hace siglos en las zonas rurales y que contiene un sabroso sabor tradicional de los pueblos.
Directo al Paladar es una de esas páginas webs populares de gastronomía que nos adentran a la fantasía culinaria con recetas tradicionales de todo el país.
Desde su página, os traemos una de las recetas de las zonas rurales más tradicionales, caseras y artesanas, la leche frita, un dulce que aún se realiza en cada uno de los pueblos y que está considerado uno de los dulces más sabrosos además de su facilidad para prepararla.
La receta es relativamente sencilla, aunque es laboriosa de modo similar a la preparación de unas croquetas ya que hay que hacer una masa, enfriarla y después rebozar sus porciones. De todas formas, el resultado es tan rico que merece totalmente la pena dedicar un rato a hacer felices a los nuestros.
– Ingredientes para 4 personas:
Para hacer la leche frita: 400 ml de leche entera, 35 g de maicena, 80 g de azúcar, la cáscara de un limón, un palo de canela.
Para rebozar la leche frita: huevo batido, azúcar y canela en polvo
– Preparación: Tiempo de elaboración 30 minutos más el reposo y una dificultad media.
Lo primero que hay que hacer es preparar una leche llena de sabor, infusionando el azúcar, el palo de canela y la cáscara del limón en 300 ml de leche. Cuando llegue a ebullición, apagamos el fuego. Para que la leche tome mucho sabor, aquí viene el primer truco: tapamos la cacerola y la dejamos así durante 15 minutos.
Colamos la leche infusionada y la pasamos a un cazo limpio. Seguidamente, en los otros 100 ml que habremos dejado en la nevera para que estén bien fríos, disolvemos la maicena batiendo enérgicamente. Vertemos la leche con maicena sobre la leche infusionada y ponemos el cazo de nuevo al fuego, removiendo para que se integren bien todos los ingredientes.
Si lo hacemos a fuego fuerte, la leche comenzará a espesar demasiado deprisa por lo que aquí viene el segundo truco: es preferible poner el fuego el mínimo y remover continuamente para que la leche con maicena tarde más en espesar, y quede realmente rica.
Así conseguimos dos cosas. Una, evitamos que se pegue en el cazo, lo que podría arruinar el sabor. Y dos, así evitamos que la masa de la leche frita nos quede cruda y sepa a harina. Tras unos 20 minutos removiendo, estará en su punto.
Volcamos la crema a un recipiente rectangular y cubrimos con un film de cocina que quede en contacto con la superficie, para evitar que nos salga «costra». A continuación, metemos la crema a enfriar en la nevera, al menos durante 4 horas, pero mejor si lo hacemos de un día para otro.
Una vez fría, cortamos la crema en ocho porciones rectangulares, si las queréis tradicionales, y las pasamos por maicena y huevo friéndolas en aceite caliente. Cuando se doran, las escurrimos sobre papel absorbente y las rebozamos con una mezcla de azúcar y canela en polvo. Servimos adornando con unas virutas de cáscara de limón.
Fuente: PAKUS – Directo al Paladar – Diario de Valderrueda
Fotografía: Emaus Restaurante
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