Quiero dar las gracias a Julio Llamazares porque con motivo de la publicación de su libro, Distintas formas de mirar el agua, se habla mucho de Vegamian y se han hecho varios reportajes, y si alguien no lo conoció lo conoce ahora por este motivo. En sus distintas entrevistas él, expresa los sentimientos que cualquiera de nosotros tuvimos y seguimos teniendo cuando salimos de allí, sabiendo que además de ser forzosa esa salida era sin retorno, nunca volveríamos a pisar sus calles ni entrar en nuestras casas, ni corretear por sus campos, son sentimientos de pena y dolor, y por otra parte estos sentimientos se contradicen y nos hacen recordar con alegría lo felices que fuimos, jugando por los campos recorriendo sus calles, festejando nuestra fiesta mayor San Antonio, el sonido de las campanas llamando a los vecinos para asistir a misa, y las otras campanas de la ermita para decirnos que era la novena, que en este tiempo empezaba para terminar el día de nuestro santo patrón .
Tantas cosas tristes, y también alegres se agolpan en mi mente que seria interminable de decir, y estoy segura que también las de todos los que vivimos allí. Por eso le agradezco todas las palabras que sobre Vegamian dice nuestro ilustre paisano Julio Llamazares
Quiero dar las gracias a Julio Llamazares porque con motivo de la publicación de su libro, Distintas formas de mirar el agua, se habla mucho de Vegamian y se han hecho varios reportajes, y si alguien no lo conoció lo conoce ahora por este motivo. En sus distintas entrevistas él, expresa los sentimientos que cualquiera de nosotros tuvimos y seguimos teniendo cuando salimos de allí, sabiendo que además de ser forzosa esa salida era sin retorno, nunca volveríamos a pisar sus calles ni entrar en nuestras casas, ni corretear por sus campos, son sentimientos de pena y dolor, y por otra parte estos sentimientos se contradicen y nos hacen recordar con alegría lo felices que fuimos, jugando por los campos recorriendo sus calles, festejando nuestra fiesta mayor San Antonio, el sonido de las campanas llamando a los vecinos para asistir a misa, y las otras campanas de la ermita para decirnos que era la novena, que en este tiempo empezaba para terminar el día de nuestro santo patrón .
Tantas cosas tristes, y también alegres se agolpan en mi mente que seria interminable de decir, y estoy segura que también las de todos los que vivimos allí. Por eso le agradezco todas las palabras que sobre Vegamian dice nuestro ilustre paisano Julio Llamazares