ABRIL
Aguas mil y todas caben en un barril, este mes se sembraban las LENTEJAS, las CANTEADAS éstas muy poco, los TITOS, los GARBANZOS, un refrán decía, por San Marcos tu garbanzal ni nacido ni por sembrar, se hacían lomos con el arado de madera (romano) y se ponían a estaca con un palo con punta se hacía un hoyo en el lomo se metía uno o dos garbanzos y se tapaba, estos eran muy aventureros les entraba una enfermedad que llamábamos que “rabiaban” recuerdo que llevábamos un ramo bendecido de los que nos daba el cura el Domingo de Ramos y lo plantábamos en el medio del garbanzal por si se producía el milagro, estas legumbres se sembraban tanto en secano como en regadío y sin abono.
Por Semana Santa los chavales llevábamos los corderos a Tejedo a enseñarlos a pacer para a continuación formar la vecera, la que guardábamos dos personas siempre casa seguida y cada cuatro animales un día, también los “anojos” (cría hembra de la vaca de un año de edad) primero al soto de Villahuenga después Tejedo, Monte S. Pedro y Cantopandiello, también al igual que la “morana un día por cada res, se dormía en el chozo más incomodo que la cachana ubicado éste en el citado Cantopandiello, el corral estaba cercado de “cierro”.(seto muerto), también hubo otro chozo en el Genigal y otro en el monte San Pedro, todos ellos para los citados anojos.
Se seguían preparando las tierras para sembrar las patatas, los fréjoles pintos (las blancas no se daban bien), la remolacha forrajera para el ganado y la azucarera para hacer dulce, una vez cocidas se les daba a la cerda para su engorde y el líquido seguía cociendo y cociendo hasta que espesaba y por su parecido lo llamábamos miel, por ese tiempo si se acababa la hierba de la tenada había que sacar las vacas a pacer a las fincas propias, decía mi tío Perto que era muy chistoso cuando se le acababa la hierba abría la puerta del pajar y les decía, ¡mirad no hay, si hubiera, como antes!……

JESUS GARCIA